Durante la semana previa se anunció la actividad con una radio abierta y pintadas en las avenidas más importantes. Luego, el sábado 3, una marcha entusiasta y colorida recorrió el trayecto entre la estación de trenes y la Sede del Club Lanús, informando a la gente en el camino e invitándola al recital posterior.
Por la tarde, ya reunidos en la plaza de la estación, se leyeron las palabras del vocero de la Marcha en la partida de Nueva Zelanda y se escuchó la música de grupos adherentes. Por la noche, se cerró la jornada con un símbolo de la no violencia enmarcado por antorchas.
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